Einstein tenía razón: la gravedad altera el tiempo


A pesar de que los experimentos con cohetes y aviones han demostrado una predicción fundamental de la teoría general de la relatividad de Albert Einstein, la de que la gravedad hace que los relojes se atrasen, en un nuevo experimento mediante un interferómetro de átomos se ha conseguido medir este atraso con 10.000 veces más precisión que antes, ratificando así con la máxima exactitud posible lo que Einstein predijo.

Tal como señala el físico Holger Müller, de la Universidad de California en Berkeley, este nuevo resultado muestra una vez más cuán bien la teoría de Einstein describe el mundo real.

Este experimento demuestra que la gravedad cambia el flujo del tiempo, un concepto fundamental de la teoría de la relatividad general. El fenómeno es descrito a menudo como un corrimiento hacia el rojo por efecto de la gravedad, porque las oscilaciones de las ondas de luz se atrasan (se vuelven más rojas) cuando sufren el tirón de la gravedad.

Müller comprobó la teoría de Einstein utilizando un principio de la mecánica cuántica, el de que la materia es tanto una partícula como una onda.

Los átomos de cesio usados en el experimento pueden ser representados como ondas de materia que oscilan una cantidad determinada de veces.

Cuando la onda de materia del cesio entra en el experimento, se encuentra con un destello de luz láser cuidadosamente ajustado. Las leyes de la mecánica cuántica entran en escena, y cada átomo de cesio penetra en dos realidades alternas. En una, el láser ha desplazado al átomo una décima de milímetro hacia arriba, dándole un pequeño empujón hacia fuera del campo gravitatorio de la Tierra. En la otra, el átomo permanece en su sitio, dentro del pozo gravitatorio de la Tierra, donde el tiempo fluye más lentamente.

A pesar de que la frecuencia de las ondas de materia del cesio es muy alta como para ser medida, Müller y sus colegas usaron la interferencia entre las ondas de materia del cesio en las realidades alternas para medir las diferencias resultantes entre sus oscilaciones, y por tanto el corrimiento hacia el rojo.

Fuente: Science News

1 comentarios:

martinjaramillo dijo...

Einstein fue un genio y geniales fueron sus aportes científicos, por ejemplo, en lo relacionado con el efecto fotoeléctrico que le mereció el Premio Nobel, y se le debió de haber dado otro Premio Nobel por su formula E=mc2, pero Einstein fue humano y también se equivocó, por ejemplo con sus propuestas de que la velocidad de la luz se considerara constante en el vacio aunque, como consecuencia necesaria, hubiera que curvar, comprimir y dilatar el espacio y el tiempo para que las cosas cuadraran, ese fue su gran desacierto.
Aceptar que la velocidad de la luz es constante o que es la máxima velocidad posible, trae como consecuencia enfrentar un sinnúmero de contradicciones y ha significado meter a la ciencia por un laberinto plagado de paradojas y curiosas conjeturas que solo sirven de base y de entretenimiento para los amigos de la ciencia ficción y para productores de documentales de entretenimiento en la televisión. Pero algún día, no muy lejano, se corregirá el rumbo y se saldrá de ese laberinto, a pesar de lo simpático y entretenido que nos haya parecido.

La famosa observación del eclipse de 1919 y de la estrella visible al lado del sol y que debía estar en ese instante detrás del sol, no es la prueba reina de que la masa curva el espacio, sino que, en parte, es una simple prueba más de la refracción de la luz que se va desviando y va rondando el astro al traspasar gradualmente las diferentes y grandes capas de la atmosfera solar (heliosfera), y en parte, es también la prueba de que la luz, también es atraída por la gravedad newtoniana.

Estas opiniones hacen parte de La Nueva teoría sobre el Universo. Si te interesa el libro solicítamelo y te lo envío como obsequio.
martinjaramilloperez@gmail.com

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