Entrevista de Miguel Yus


Hoy vamos a ver una entrevista del químico Miguel Yus, profesor de la universidad de alicante, publicado en el diario información.


El titutlo de la entrevista es "Los químicos no hemos sabido ir por la vida con la cabeza alta". Como sepuede supone, la entrevista habla un poco sobre la trayectoria de la quimica. Esta es la entrevista:


MARÍA POMARES De fondo, un escenario, la Universidad, que él considera único «como fuente de influencia hacia los demás». También por ese motivo asegura que «no me gusta cuando la gente dice que los alumnos cada vez son peores. Todos cambiamos y sólo hay que adaptarse».


¿Para qué sirve un Instituto de Síntesis Orgánica? El instituto se encarga de preparar nuevas moléculas pensando en que en algún momento alguna pueda tener una aplicación, sobre todo relacionada con el mundo de las medicinas. El otro mundo importante en el que nos movemos es la preparación de sustancias que pueden ser utilizadas como nuevos materiales. Por otra parte, realizamos investigaciones mucho más básicas.


¿Se consideran en cierto sentido los herederos de los alquimistas? La Química es una ciencia muy joven que tiene algo más de 200 años y, antes de esa época, los alquimistas pretendían aplicar conceptos filosóficos a las posibles reacciones. Sin duda, los alquimistas ayudaron a tener más conocimiento de la naturaleza, pero, desde el punto de vista químico, dejaban bastante que desear. Sin embargo, se han convertido en algo fundamental para la sociedad… Si una persona va a una farmacia, el 80% de lo que se compra ha sido preparado por un químico. Por otro lado, un porcentaje altísimo de la ropa que llevo puesta y muchísimos de los instrumentos que uno maneja en casa o en el coche son sintéticos. Si hoy en día tuviéramos que utilizar sólo sustancias naturales terminaríamos con la poca tierra productiva que queda. Algunos sectores ecologistas no opinan lo mismo… Las críticas debe hacerlas gente que sepa de lo que habla. No quiero descalificar a todos los ecologistas, pero el término «químico» utilizado perversamente hace mucho daño a nuestra profesión. Claro que hay químicos que hacen cosas mal, pero para eso están las regulaciones estatales e internacionales. Nuestro organismo está constituido por moléculas químicas y nadie diría que estamos contaminados.


¿Qué papel juega la divulgación? Es verdad que, a nivel de divulgación, no sabemos hacerlo. Los químicos hemos sido siempre muy modestos. Un instituto como el nuestro, formado por unas 50 personas, publica al año entre 40 y 50 artículos en revistas de primer orden.


¿Quién lo sabe? La gente que está en nuestro mundo. También están las conferencias. No es frecuente que los españoles aparezcan por el mundo, pero, poco a poco, vamos estando. Yo habré impartido fuera de España unas 120 conferencias.


¿El hecho de que no se vean a muchos españoles por el mundo es síntoma de que algo falla? Bueno, pero se ven más españoles que portugueses y tantos españoles como italianos o franceses. La química española ha mejorado mucho. Esto se aprecia bastante en el extranjero y suelen hablar del «milagro español». Hace unos años me encargaron desde Bruselas que escribiese algo sobre eso y me di cuenta de no era tal milagro, sino que era fruto de un conjunto de situaciones favorables que se dieron en los años setenta y ochenta. Dinero, gente preparada y estabilización profesional han generado mucho trabajo bien hecho y conocimiento.


¿Le falta algo a ese milagro español? España necesita sosiego en todo, y también en la Química, y le sobran fundamentalismos y juicios de valor. La Ciencia necesita apoyo, apoyo económico y apoyo institucional. ¿Y social? Estamos como divorciados. Es muy frecuente que una persona como yo, que llevo en la Universidad desde el año 1969, cuando me preguntan a qué me dedico, diga que trabajo en la Universidad. Entonces, cuando hicimos doctor honoris causa a Ryoji Noyori, nos dio una charla en la que dijo que él estaba orgulloso de ser químico. Él es japonés y en Japón la Química está muy bien vista, pero no en España. Entonces, tenemos que aprender a asumir que ser químico es una cosa buena. Claro que nos gustaría que nos quisiera la sociedad.


¿Apoyo? Nosotros necesitamos alumnos que trabajen y esto se nota. El número de alumnos ha disminuido porque la imagen de la Química no es buena e incluso diría que es perversamente manipulada.


Mójese: ¿Por parte de quién? No quisiera decir que por parte de los medios de comunicación, pero sí son un poco superficiales muchas veces. Tampoco culpo a la sociedad, culpo más a los químicos que no hemos sabido ir por la vida con la cabeza alta.


¿Qué tiene que tener un químico de aventurero? Mucho, aunque yo hablaría más bien de que tiene que tener imaginación y asumir ciertos riesgos.


¿Trabajar con la mujer siempre juega a favor? Mi mujer, Carmen Nájera, hizo la tesis conmigo y es un poco como una discípula aventajada. Es una persona muy trabajadora, con muchas ideas y que está haciendo una Química muy buena. Sí que es verdad que cuando se trabaja en el mismo sitio que la mujer de uno hay dos peligros, uno es que en el trabajo se familiarice la relación y otro es que en casa se profesionalice el hogar, y hay que evitarlo. Nosotros, por ejemplo, no hablamos nunca de Química en casa.


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