
A          medida que observamos el mundo a nuestro alrededor, las imágenes          entrantes en nuestro cerebro cambian cada vez que nuestros ojos se          mueven, lo que ocurre varias veces por segundo. Sin embargo no          percibimos el mundo como una sucesión de imágenes distintas. ¿Por qué?
     
       Unos neurocientíficos en la Universidad Johns Hopkins piensan que parte          de la respuesta yace en una región especial de la corteza visual del          cerebro, la cual está a cargo de distinguir entre las imágenes de fondo          y las de primer plano. En un estudio, el equipo demuestra que las          células cerebrales en esta región (llamada V2) son capaces de conservar          durante varios segundos la información sobre figuras y fondo extraída de          imágenes, incluso después de que éstas desaparezcan de nuestra vista.
     
       Los resultados de estudios recientes han alimentado un debate acalorado          sobre si el sistema visual utiliza un buffer para almacenar información          de las imágenes, y de ser así, cuál es la duración de este          almacenamiento.
       
       Rudiger von der Heydt (Universidad Johns Hopkins) y su equipo han          descubierto que la respuesta es sí; el cerebro ciertamente almacena          durante un periodo de tiempo, de hasta dos segundos, la última imagen          vista. La imagen que el cerebro almacena momentáneamente no es          detallada; es más bien como un bosquejo a grosso modo del trazado          general de los objetos en la escena.
     
       La existencia de esta capacidad podría esclarecer, al menos en parte,          cómo el cerebro crea para nosotros un mundo visual estable cuando la          información entrante por nuestros ojos cambia a un ritmo tan rápido:          hasta cuatro veces en un sólo segundo.
     
       El estudio estuvo basado en registros de la actividad de células          nerviosas en la región V2 de cerebros de macacos, cuyo sistema visual se          parece mucho al de los humanos.
     
       El descubrimiento de la capacidad de memoria de esta región es una gran          sorpresa, debido a que hasta ahora se creía que las neuronas en la          corteza visual simplemente respondían a la estimulación visual, pero sin          poseer memoria por sí mismas.
     
       Averiguar cómo opera esta función cerebral podría ayudar a los          investigadores a develar las causas (y quizás incluso a identificar          tratamientos) de enfermedades como la dislexia.
Fuente
Células Cerebrales Con Memoria Propia
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