Robot submarino con sentido del tacto


Los robots subacuáticos desempeñan ya muchas funciones, como el mantenimiento de cables y equipos de perforación bajo el agua o tomar muestras de sedimentos. Ahora, un equipo de ingenieros del Institute for Manufacturing Technology and Applied Materials Research (IFAM) con sede en Bremen, Alemania, tratan de crear uno de estos robots con capacidad táctil, de tal modo que pueda orientarse mejor por sí mismo en las muchas veces turbias aguas marinas.

Normalmente, este tipo de robots se sumergen y se dirigen hacia el cable que tienen que reparar y llevan a cabo los trabajos necesarios para ello. Ahora bien, para la persona que controla el robot no es una tarea sencilla. Cuando el medio está oscuro, la iluminación que lleva consigo el robot no es de demasiada ayuda. Además, muchas veces las corrientes marinas alejan a estos mecanismos del lugar donde tienen que hacer su labor.

Con la propuesta de estos ingenieros, los robots submarinos podrán encontrar su camino ellos solos. Un sensor les dotará del sentido del tacto, de tal modo que puedan detectar sin intervención humana el camino que estén siguiendo.

“Un componente de esta capacidad táctil es un sensor de tensión”, comenta Marcus Maiwald, que es el director del proyecto en el IFAM, en un comunicado. Junto a otros científicos del German Research Center for Artificial Intelligence (DFKI) ha conseguido desarrollar un modelo de uno de estos robots con sentido del tacto. “Si el robot se encuentra con un obstáculo, el sensor de tensión se deforma y la resistencia eléctrica cambia. Lo que hace especial nuestro sensor es que no está pegado, sino impreso, lo que quiere decir que puede aplicarse el sensor a las superficies curvas del robot”.

La tira impresa que conecta el sensor al robot es de sólo unos micrómetros de ancho. Para que nos hagamos una idea sería la mitad del ancho de un pelo humano. El resultado, dice su creador, es que los sensores pueden ser aplicados unos junto a otros y el robot es capaz de identificar de manera muy precisa cuando está tocando un obstáculo. El sensor está protegido de la corrosiva agua marina porque está encapsulado.

Para producir los sensores de tensión, los científicos atomizaron una solución con nanopartículas para crear un aerosol. Después, un sensor guía el flujo de aerosol hacia la posición adecuada.
El primer diseño de este dispositivo será presentado en la Feria Sensor and Test que se celebrará en la ciudad alemana de Nuremberg entre el 26 y el 28 de mayo.

La tendencia en este campo es, siempre, a crear robots lo más autónomos posible, de tal modo que puedan extender sus trabajos más tiempo sin intervención humana. Un buen ejemplo es el SeaGlider, que ha sido desarrollado por la Universidad de Washington y que será comercializado por la empresa iRobot.

El SeaGlider es un vehículo autónomo submarino que mediante pequeños cambios de su flotabilidad y, utilizando unas alas, permite convertir el movimiento horizontal en vertical, obteniendo así un sistema de propulsión de muy bajo consumo.

Aunque es tan rápido como los vehículos autónomos de este tipo, gracias a un sistema de propulsión basado en cambios de flotabilidad, los SeaGliders recorren más distancia y durante más tiempo que los vehículos propulsados por motor o por hélice. Esta característica les permite realizar misiones de meses y miles de kilómetros.

Como recogía ScienceDaily hace unos meses, este robot es capaz de operar durante meses y recorrer miles de kilómetros siendo operado desde tierra gracias a una red de telefonía móvil vía satélite. Los diferentes prototipos de este robot atesoran doce años de operaciones. La Universidad de Washington también puede presumir de tener el robot acuático autónomo más experimentado del mundo. Fue el quinto de los prototipos, que estuvo operando en aguas abiertas durante 26 meses, tiempo en que consiguió recorrer más de 16.000 kilómetros.

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