¿Cómo logran los muchos animales carnívoros de América evitar competir por un mismo almuerzo, o convertirse unos en el alimento de los otros? Dos investigadores en la Universidad de California en Davis consideran que tienen una respuesta. Su análisis a gran escala muestra que no sólo es cuestión de casualidad, sino que las propias estrategias para mantenerse fuera del alcance de otros carnívoros han sido una fuerza impulsora en
la evolución de muchos de ellos, reflejada en factores tales como si la
especie es de actividad diurna o nocturna, si habita en los bosques o en las praderas, o si vive en los árboles o en el suelo.
América es el hogar de más de 80 especies de carnívoros terrestres, incluyendo a felinos, cánidos, osos, comadrejas, mofetas y mapaches. Comúnmente, veinte o más especies pueden ocupar la misma región.Por regla general, estas especies comparten la misma población de presas potenciales, incluyéndose unos a otros.
Jennifer Hunter y Tim Caro comenzaron por dibujar las áreas de distribución geográfica conocidas de 77 carnívoros americanos en un gran mapa digital. Asumiendo que para cualquier superposición de áreas de distribución geográfica, la competencia y la depredación eran posibles, compararon las características del comportamiento, el tamaño y la coloración del cuerpo de esos animales. Analizando esta enorme cantidad de información, fueron capaces de detectar patrones de estrategias empleadas por cada familia.
Por ejemplo, su mapa mostró que las familias de cánidos y osos comparten áreas de distribución geográfica con el mayor número de competidores potenciales. La mayoría de las especies en estas familias son omnívoras, lo cual ayuda a reducir la competencia por una dieta de carne.
Los miembros de la familia de los mapaches, a pesar de ser pequeños, tienen el menor riesgo de convertirse en presas, porque la mayoría se refugian en los árboles.
Uno de los resultados más sorprendentes fue que la mayoría de los carnívoros pequeños (mofetas, junto con algunas comadrejas) carecen de estrategias que les permitan aislarse físicamente de otros carnívoros. Cuando se valoran de modo conjunto estas superposiciones ecológicas, queda claro que esos animales comparten el mismo espacio al mismo tiempo con otros carnívoros.
¿Cómo se las arreglan pues estos animales para sobrevivir? Todas las mofetas y varias especies de comadrejas en este grupo poseen una coloración corporal o facial que tiene una demarcación abrupta entre el color blanco y uno negruzco. En las mofetas, este patrón de coloración con fuertes contrastes seguramente advierte a los depredadores sobre su capacidad de rociarles con un producto nada recomendable, mientras que en algunos miembros de la familia de las comadrejas ese patrón de coloración puede advertir sobre su ferocidad.
Vía: Menéame
Evolución en Carnívoros Para Evitarse Unos a Otros
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