Científicos del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), liderados por el investigador francés Romain Quidant, estudian la aplicación de nanopartículas de oro para detectar y curar tumores, así como el desarrollo de un pequeño chip que permitiría descubrir marcadores cancerígenos mediante una sola gota de sangre del paciente.
Las nanopartículas de oro, de un diámetro 10.000 veces inferior al grueso de un cabello, se inyectarían en el torrente sanguíneo del enfermo y, gracias a sus propiedades, se convertirían en fuentes de luz y calor dentro del cuerpo después de iluminarlas con un rayo láser.
La idea básica es que, si los investigadores son capaces de hacer que las nanopartículas se fijen selectivamente en las células afectadas de cáncer, podrían posteriormente calentarlas hasta destruir el tumor maligno.
Este método presentaría dos ventajas respecto a los existentes en la actualidad para tratar el cáncer, la radioterapia y la quimioterapia, ya que, a diferencia de ellos, solo destruiría las células malignas y no los tejidos sanos.
Paralelamente, el desarrollo del pequeño chip que detecta marcadores cancerígenos solo con una gota de sangre del paciente, podría estar listo a partir del próximo año, ya que se encuentra en una fase avanzada y únicamente falta integrar todos los sensores en un mismo producto final.
El chip permitiría hacer análisis "sin laboratorios", y sería especialmente útil en el caso de países en vías de desarrollo que no disponen de infraestructuras médicas avanzadas por ser "barato" y "transportable".
Este mecanismo detectaría los multiplicadores de células que se esconden detrás de cualquier tipo de cáncer, y si bien no sería capaz de indicar en qué zona del cuerpo humano se desarrollo el tumor, si sería una prueba adecuada para saber "si hay que ir a buscar más lejos".
Próxima cura de cáncer a cambio de oro
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